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En la historia del mundo
contemporáneo, la revolución francesa significó el tránsito de
la sociedad estamental, heredera del feudalismo, a la sociedad
capitalista, basada en una economía de mercado. La burguesía,
consciente de su papel preponderante en la vida económica, desplazó
del poder a la aristocracia y a la monarquía absoluta. Los
revolucionarios franceses no sólo crearon un nuevo modelo de sociedad
y estado, sino que difundieron un nuevo modo de pensar por la mayor parte
del mundo.
INTRODUCCIÓN
Antes de comenzar a hablar de la Revolución
francesa, nos es indispensable hacer una breve referencia a las ideas que la
gestaron:
El final del siglo XVIII fue una época de
trastornos en muchas partes de hemisferio occidental, trastornos que se pueden
atribuir, directa o indirectamente, a las ideas conocidas como la Ilustración. Estas ideas, reflejo de
las necesidades y tensiones de una sociedad cambiante se basan en el
nuevo conocimiento científico del siglo XVII, que engendró una nueva
fe en la razón y en el progreso. Por un lado, esto llevó a un rechazo de
la autoridad y a una afirmación de
los Derechos del Hombre, “El hombre nace libre, pero en todas partes esta
encadenado” (Rousseau, El contrato social, pág. 4). Por otro lado, las nuevas ideas fueron una inspiración
para los monarcas, que, al ternar el siglo XVII, empezaron a concentrar el
poder en sus propias manos y a gobernar mediante agentes burocráticos nombrados
por ellos. Sin embargo, estas actividades centralizadoras
encontraron resistencia en todos aquellos que tenían intereses
creados en el Antiguo régimen, Iglesias, gremios y corporaciones y, sobre todo,
la aristocracia. Sus líderes recurrieron a las teorías de Montesquieu y
Burke para demostrar que la sociedad era una forma orgánica y que sus
agrupaciones tradicionales no sólo conferían derechos inalienables a sus
miembros sino que producían un equilibrio de poder que resguarda los
individuos de la tiranía. Esto junto al deseo de autonomía de las provincias
dio origen al descontento. Quedó muy claro entonces que el fermento no se
detendría ahí.
Era más probable que ocurriera una rebelión
en las regiones en que la aristocracia podía contar con el apoyo de los
campesinos; pero en Europa Oriental estos últimos aún eran ciervos, y
era poco probable que se revelaran para apoyar a los terratenientes que eran
sus opresores directos. Sin embargo, a los campesinos también les desagradaban
las innovaciones y a veces luchaban tenazmente por conservar su forma de vida
tradicional.
Las revoluciones aparecieron por primera vez
en gran escala en las colonias inglesas de América. Recurriendo
a la filosofía de Locke sobre el derecho natural, los colonizadores
se negaron a pagar un impuesto establecido por el parlamento en Londres,
en el que no estaban representados. Para 1775 la disputa había llegado a
una guerra declarada. Los hombres moderados que habrían mantenido la
antigua estructura de la sociedad fueron sustituidos por otros
con objetivos más democráticos y la guerra por la independencia nacional
ganó apoyo en todos los estratos sociales. El ejemplo norteamericano fue una
inspiración para los rebeldes de los países bajos, así como en Francia,
cuyas tropas habían peleado en el lado norteamericano en la guerra.
El historiador
Federico Lara sobre la revolución francesa:
La Revolución Francesa se encuadra dentro del ciclo de
transformaciones políticas y económicas que marcaron el fin de
la Edad Moderna y el comienzo de la Edad Contemporánea. La
independencia de EEUU y el desarrollo de la Revolución Industrial,
iniciada en la Gran Bretaña, son los otros dos grandes procesos que
señalan esta transición histórica. (Lara, 2012).
El proceso revolucionarios francés
es, sin duda, el más importante dentro del agitado panorama político del siglo
XVIII. Es, además, uno de los más polémicos. La historiografía se ha preocupado
constantemente de él y son muchos los escritos y los libros que
presentan la revolución francesa como una gran gesta o, por el contrario, un
acontecimiento perjudicial y hasta innecesario para Francia y la cultura occidental.
Es difícil tratar de sacar a la luz los
motivos que nos llevan a esta pasión por el tema. Muchos son los factores que
se amontonan en torno a Francia y a la revolución, presentándola como
un tema apasionante y tremendamente complejo.
En este trabajo tratare de explicar
y enumerar lo mejor posible las causas y los principales hechos de este proceso
que trascendental en la historia de la humanidad.
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